Una de las tendencias en decoración de este año es esta palabra que viene de una subcultura ligada a la música independiente: hipster; una minoría que se aleja de los valores culturales corrientes y es afín a un estilo de vida alternativo. De carácter nostálgico, con toques vintage pero totalmente diferente.
Este estilo, alternativo e independiente, que nació en la década de 1940 para unos, para otros entre las décadas de 1950-1960, ha perdido, en gran medida, ese espíritu y se ha convertido en algo más comercial. Su carisma y atractivo han propiciado su paso a la decoración de los hogares y de muchas tiendas. Gusta porque es la elegancia personificada. Se puede decir que toma prestado elementos del género vintage, industrial, nórdico e inglés, creando un look con identidad propia.
¿Qué significa hipster?
Se define, entre otros rasgos, por un toque de modernidad e intelectualidad, un estilo alternativo e independiente. Es un género retrógrado, vintage, de estampados variados y antiguos. En el mundo de la decoración veremos algunas ideas para conseguirlo, utillizando objetos cotidianos y viejos, pero que están de moda.
Decoración con bicicletas no pueden faltar. Si algo caracteriza esta tendencia es la nostalgia y la “eco-life”. Un método para no contaminar el mundo es usar las bicicletas de paseo. Ahora las podemos apreciar entre los artículos más destacados en este tipo de decoración. La idea de ornamentar con dicho vehículo no es la que ya conocíamos con anterioridad, sino que da un giro totalmente sorprendente. ¿Por qué? Se suelen utilizar para cualquier lugar del hogar: en el baño, colgada en la pared, a modo de estantería, entre otros. Además, también los hay quienes prefieren decorar con las partes de la bicicleta, es decir, una sola rueda, el manillar o el sillín, expuestos como objetos decorativos.
Decoración cargada de recuerdos tal como se ha mencionado, la nostalgia es uno de los valores que esta tendencia nos trae al mundo del interiorismo. Un sentimiento que echa de menos la época pasada, la preferencia vintage: muebles muy antiguos y con muchos estampados en cualquier lugar del hogar, láminas con un toque de humor, frases de ayer y de hoy, míticas máquinas de escribir de toda la vida, los vinilos decorativos como única forma de escuchar música, entre otros.
“Must ask” imprescindible algo muy significativo en el estilo hipster es el pequeño símbolo en forma de bigote. Es un juego de palabras inglesas que relacionan must ask (debo preguntar) con el concepto de mustache: “I mustache you a question. I must ask you a question”.
Paredes con galerías nada de pinturas u obras de arte de lujo, sino que hablamos de impresiones enmarcadas, fotografías en blanco y negro, portadas de discos, posters de películas de culto, entre varias opciones.
Zonas libres para conseguir identidad un toque de estatismo y sensación de espacio, los tonos ocres y la madera son los protagonistas de dicho estilo, además de los motivos pasteles. También tiene unos perfiles rústicos que hacen que se utilicen este tipo de materiales o incluso figuras de animales como los ciervos (sintéticas, por supuesto). A diferencia del estilo vintage, siempre cargado de estampados y objetos anticuados, la decoración hipster se basa en tener espacios libres en los que colocar algún que otro objeto decorativo como las bicicletas, cuadros antiguos e incluso motivos florales, pero sin sobrecargar el ambiente.
Bibliotecas dedicadas a la cultura y el arte en una decoración hipster no pueden faltar libros de coleccionista relacionados con esta industria. La forma de organizarlos también es importante: creando pequeños grupos de textos por colores similares, en una librería con zonas vacías y algún elemento decorativo o apilado en el suelo, para un efecto más bohemio.
El mobiliario más representativo
Los típicos muebles americanos de líneas puras son una apuesta segura. Aportan un aire retro pero sin descuidar que sea innovador.
Aparadores bajos. Una pieza olvidada en el baúl de la abuela, que vuelve mostrando sus muchas posibilidades, para la vajilla, los papeles del banco, las copas especiales. Punto a favor: resulta muy práctico, gracias a su gran capacidad, y ligero, debido a su escasa altura.
Las mesitas auxiliares. Al lado del sofá, junto a la butaca de lectura, son un clásico. Además, son bonitas y muy funcionales.
El sofá. No uno cualquiera sino aquel que forma parte de la vida diaria, el reconocido “chaise longue” (butaca provista de un asiento alargado para poder estirar las piernas sobre él), el cual nos recuerda al sillón de psiquiatra, donde uno puede desahogarse al final de la jornada. La comodidad también cuenta.
Iconos del diseño. Poner una pieza de diseñadores exclusivos como Eames y Eero Saarinen, nos permitirá generar un espacio clave. Un buen proyecto siempre es garantía de éxito.
Universo telas: tejidos con aire “retro”
Estampados hipnóticos, con ese aire retro que tanto nos gusta. Los vemos en los trajes masculinos y ahora en las tapicerías de nuestros ambientes. Motivos geométricos, ilusiones ópticas y líneas irregulares definen los grabados de las telas en un hogar hipster. Personales y adictivos, por lo que requieren cierta mesura a la hora de la combinación.
Otra opción para lograr un look de tintes retro es entelar una pared o algunas zonas con retales, teniendo en cuenta que la tela sea lo más ligera posible.
Resumiendo, hay que emplear una variedad de tejidos, colores y texturas; y mantener las cosas tan asimétricas como sea posible, sin que se note que se ha hecho un esfuerzo por imitar esta tendencia.
Aunque en sus inicios el estilo hipster era para unos pocos, una minoría que quería marcar una diferencia, lo cierto es que esta tendencia ha llegado a muchos rincones y se ha convertido en un género muy comercial. La clave de éste en la decoración es conseguir frescura, pero sin esfuerzo.
