Escaleras como superficies, divisiones y lugares de estar.

En el corazón de Kanagawa, Japón, una joya arquitectónica emerge: la Casa Kappa, diseñada por Archipelago Architects Studio, una oficina de arquitectura con sede en Tokio. Este proyecto ha transformado una parcela que en un principio formaba parte del jardín de una casa vecina en un lugar único y encantador. La Casa Kappa lleva el nombre de un artista callejero cuya obra se inspira en un espíritu de agua folclórico llamado «kappa.»

Con tan solo 23 metros cuadrados de planta y una altura limitada a ocho metros, los arquitectos enfrentaron el desafío de optimizar al máximo el espacio interno. La solución que encontraron fue ingeniosa: diseñaron la casa alrededor de un conjunto de escaleras centrales que no solo dividen los espacios, sino que también ofrecen lugares para sentarse y relajarse.

Tres escaleras dispuestas en capas actúan como un elemento de soporte horizontal, eliminando la necesidad de muros de carga tradicionales y maximizando la altura útil del espacio. Los pisos delgados, con solo 45 milímetros de espesor, se extienden a ambos lados de las escaleras y sirven tanto como estructura como acabado del edificio. Esto permite que la luz, el viento y la presencia humana fluyan suavemente a través del espacio, creando una sensación de expansión.

La distribución de la casa es igualmente inteligente. La planta baja alberga una sala de ensayo y un estudio a un lado de la escalera central, mientras que al otro lado se encuentra un salón lleno de estanterías. El siguiente nivel contiene dos dormitorios, y frente a las áreas de dormir, se disponen gabinetes de almacenamiento y espacios sanitarios. Una segunda escalera conduce desde el dormitorio hasta una cocina luminosa y una sala de estar. Además, un tercer conjunto de escaleras asciende hasta el techo, proporcionando no solo un área para sentarse, sino también un espacio versátil para comer, beber o leer.

Lo que hace que estas escaleras sean verdaderamente únicas es su diseño. Rompiendo con la idea tradicional de una escalera ciega, estas se extienden hasta el techo y las paredes, desafiando el estereotipo de una estructura con un único propósito de subir y bajar. Están acabadas con una superficie texturizada de resina de color azul verdoso, que las distingue del mobiliario de madera y los elementos estructurales de acero. Este mismo tratamiento superficial se aplica a los alzados exteriores, logrando una perfecta integración de la casa con el jardín y el paisaje urbano circundante. Las paredes texturizadas también muestran una pátina que da la impresión de que la casa ha estado en ese lugar durante mucho tiempo, añadiendo un toque de historia y carácter a la estructura.

La Casa Kappa es un ejemplo impresionante de cómo la arquitectura puede combinar la funcionalidad con la belleza, y cómo elementos aparentemente simples, como escaleras, pueden ser transformados en piezas de arte que desafían las expectativas. Este proyecto nos recuerda que la creatividad no tiene límites y que la arquitectura puede ser una fuente inagotable de inspiración.

NOTA: Revista Obras y Protagonistas. https://www.oyp.com.ar/nueva/