Cimientos

6 PUNTOS CLAVES PARA LOGRAR UNA EDIFICACIÓN SÓLIDA

Los cimientos de una casa son fundamentales para conseguir un inmueble de calidad. No solo sostienen la estructura general del mismo, sino que previenen la humedad y aísla a los ocupantes del frío. Para saber qué es lo mejor en cada caso, compilamos en esta breve guía los puntos más importantes y todo lo que hay que considerar antes de construir cualquier cimiento.

Ahora bien, ¿a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de cimientos? En primer lugar, cabe decir que se tratan de aquellos elementos estructurales sobre los cuales se organiza la totalidad de un edificio.

Estos pueden ser de diferentes formas y dimensiones, dependiendo de los cálculos estructurales y el estudio de suelos. Por otro lado, los materiales también pueden variar según el tipo de construcción, el presupuesto y las características del terreno.

Por lo general, las obras pequeñas construyen cimentos a poca profundidad del suelo, mientras que, los proyectos más ambiciosos requieren varios metros de profundidad. Esto sucede porque los cimientos reciben todo el peso de la construcción y debe distribuirlo a lo largo y ancho de la estructura principal.

¿Por qué son fundamentales los cimientos en la construcción de una casa?

La importancia de los cimientos radica en su principal función: brindar soporte y anclaje a los muros que sostienen la estructura del inmueble. Por esta razón debemos considerar la necesidad de realizar un cálculo estructural y un estudio de suelos.

El primero define la capacidad portante de la casa y evita inconvenientes severos en el futuro. El segundo, establece la capacidad portante del suelo según sus condiciones y características naturales.

Si la forma y las dimensiones de los cimientos no son los indicados, la construcción puede traer aparejada inconvenientes severos como la fractura de paredes e incluso el derrumbe del inmueble.

¿Qué materiales se pueden utilizar para los cimientos?

En términos generales, los cimientos suelen construirse con materiales pétreos. Estos tienen la capacidad de resistir el paso del tiempo, evitar fracturas por movimientos sísmicos e incluso sortear los efectos corrosivos del suelo.

Si bien pueden construirse con hormigón armado o mampostería, las dimensiones de los mismos están determinadas por la respuesta del suelo donde se construyen y el peso que deben soportar.

En el caso de los cimientos de hormigón, estos requieren una estructura de varillas, un encofrado y el cemento. Por su parte, los de mampostería se construyen con una base de piedras unidas con mortero hasta lograr la forma y dimensiones calculadas en los pasos previos.

¿Cómo se construyen los cimientos?

Si bien es una parte fundamental de toda casa, los cimientos suelen hacerse en simples pasos:

• En primer lugar, se trazan los ejes de la construcción. Para esto se delimita la zona en la cual se va a ubicar el inmueble y se comienza a cavar. Luego de extraer todo el material árido y piedras, se compacta la tierra.
• En segundo lugar, sobre el terreno compactado se vierten unos 10 cm de mezcla de limpieza. Esta permite separar el suelo del hormigón armado. Luego de 48 horas, se comienza a fabricar las bases de los cimientos.
• En tercer lugar, se vuelca el hormigón ya listo sobre el terreno y, con ayuda de un rastrillo o paleta de albañil, se distribuye el material. Es importante rellenar el espacio de a poco y repartir el hormigón de forma prolija.
• Finalmente, con ayuda de un vibrador o con una pala, deben removerse cualquier burbuja de aire. Este paso es fundamental ya que, le da consistencia a la estructura y evita problemas futuros.

¿Qué tipos de cimientos existen?

Los cimientos pueden ser profundos o superficiales. Como su nombre lo indica, esta división se relaciona con la profundidad con la que está hecha la base de la construcción.

Los cimientos profundos se utilizan para emplazar obras grandes y pesadas, mientras que los superficiales tienen al menos un metro de tamaño y pueden usarse en edificios más livianos.

Los cimientos superficiales también son conocidos como zapatas abiertas o extendidos y tienen una serie de cuidados adicionales.

Por su parte, uno de los cimientos profundos más empleados se denomina pila. Se trata de un cilindro de hormigón alargado sobre el cual se sostiene el resto de la estructura. Este tipo de construcción se usa cuando se trata de un edificio de mucha altura o cuando la superficie está cubierta por una capa de tierra poco resistente.

¿Los cimientos se pueden reforzar?

Si bien esta pregunta tiene varias respuestas, cabe aclarar que siempre es necesaria la asistencia de un profesional. Ninguno de los procedimientos es sencillo y deben ser realizados por trabajadores especializados en el rubro.

Una vez hecha esta aclaración, existen tres metodologías principales:

• Sustitución del cimiento: implica reemplazar por completo el cimiento construido y, por lo tanto, es la más trabajosa de todas las opciones.
• Refuerzo por inyección: consiste en introducir mortero a presión junto con algunos aditivos para mejorar la durabilidad de los materiales.
• Ampliación: requiere aumentar la superficie de apoyo del cimiento anterior para construir una estructura complementaria de hierro o resina epóxica.

¿Se puede saber si los cimientos de una casa están dañados?

A la hora de revisar la solidez de nuestra casa podemos:

• Buscar grietas: estas son el síntoma visible de problemas en los cimientos de la construcción. Es importante buscar en cada espacio del inmueble posibles daños, especialmente cerca de las ventanas, puertas o intersecciones.
• Detectar hundimientos en el piso de la casa: estos son un indicio claro de problemas en los cimientos y, si bien suelen ser imperceptibles a simple vista, un nivel puede ser de gran ayuda.
• Revisar el sistema de drenaje:  las fallas en esta área de la casa pueden derivar en inconvenientes estructurales y, en términos generales, suelen ser problemas sencillos de resolver.

En todos estos casos, es recomendable consultar a un profesional ya que, se trata de un sector muy sensible del inmueble y, cualquier solución mal aplicada solo traería más dolores de cabeza.

Fuente: Revista Obras y Protagonistas

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